Esta enfermera orensana es toda una luchadora, además de su trabajo y su familia, se enfrentaba a una batalla personal muy difícil. Ella misma dice “de todo se sale”. Y aquí está su experiencia con Formantia, y con la vida.
Con tesón, todo es posible
En Formantia nos maravilla la capacidad de superación de nuestras opositoras, mujeres como María del Carmen que, lejos de quedarse estancada decide luchar, por dura que sea la batalla, para conseguir lo que quiere.
“Cuando yo pueda, no cuando pueda la Academia”. Esta frase contundente es de ella, y la dice al referirse a nuestro método y el motivo de que, por fin, funcionara. En medio de guardias, casa, familia, ¿de dónde se saca el tiempo para acudir a una clase? En el caso de María del Carmen, imposible.
Y no solo se trataba de una organización del tiempo cada día, sino de poder seguir su propio ritmo de estudio. Tener la opción de acceder a cualquier parte del temario en cualquier momento, sin límites. Esa libertad era para ella tranquilidad, sabía que la información estaba a su entera disposición.
Un audio en medio de una tarea doméstica, un test en su móvil tras haber dejado lista la medicación de la noche en su guardia nocturna, otro test antes de dormir… La suma de momentos estaban construyendo horas de estudio. Cuando las herramientas son flexibles, las horas acompañan el ritmo diario de forma natural.
Si, esta mujer es una luchadora. Había días en los que, como ella dice, la quimio y la radio no la dejaban con muchas fuerzas. Saber que podía esperar, que podía descansar para volver al día siguiente sin haberse perdido nada, le aportaba la tranquilidad que necesitaba. Un método rígido habría sido una carga de estrés insostenible.
Nos confiesa sonriente que no tiene ni una sola hoja impresa del temario, simplemente, porque no necesitó hacerlo. Nos llena de orgullo escuchar sus alabanzas hacia nuestro profesorado. Si un tema no deja dudas, ese tema está aprendido y jamás será olvidado.
Es cierto lo que dice María del Carmen, no podemos obligar a nadie a estudiar, pero sí que podemos tratar de motivar a nuestras alumnas y alumnos. Aunque hay casos, como el suyo, en el que es ella la verdadera motivación. Es un ejemplo de que no hay obstáculo capaz de borrar un sueño de una mente valiente. Y nos sentimos más que orgullosos de su plaza, pero, sobre todo, de tenerla en nuestra familia Formantia.
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