Quizá hayas oído hablar de que es una web para estudiar oposiciones sanitarias online, con metodología eLearning y todo eso. Pero el método Formantia es mucho más.
Formantia es esfuerzo organizado,
es el placer de aprender.
Son los temas.
Es reconciliarse con la ciencia bien explicada. Cuando un tema te lo cuenta un experto que domina la materia, que está enamorado de su profesión, eso se nota en cada línea, en cada párrafo, en cada tema.
Es la confianza de que están completos. De que aunque parece mucho, es todo. Es el 95% de las preguntas de las últimas oposiciones.
Son los audios de los temas.
Si los temas son un lujo, poder escucharlos es más.
¿Qué pasa si conviertes tu coche en una Universidad sobre ruedas? El camino al trabajo se convierte en productivo. Lo que antes leía, ahora lo puedo escuchar. En una época en la que todo son distracciones, nos podemos centrar en leer y escuchar. En caminar y escuchar.
Son los test.
Es el momento de experimentar. Sabes que vas a aprobar cuando buscas el 10 en cada intento.
No temas equivocarte, teme no aprender. Es el momento de intentarlo y es el momento de aprender. Mas de 2.000 preguntas te van a dar los conocimientos, los refuerzos que necesitas, para obtener la mejor versión de ti mismo el día del examen.
Practica, practica, practica. La pregunta 1, otro día es la 18 y la respuesta A, es la C. Si creías que podrías acertar al azar, estás de enhorabuena. Pero si no dominas los conceptos, en los próximos intentos te las verás contigo mismo. Y si lo aciertas diez veces, eso no es azar, es conocimiento.
Es la “magia” de la informática. La aplicación web nos dice donde está fallando el alumno, que conceptos le están dando problemas. Si la pregunta 7 está relacionada con la 25, y el alumno la falla las dos, aunque acierte el resto del examen, hay un concepto que no domina. No ha fallado 2 preguntas, ha fallado un concepto. Ni es lo mismo, ni es igual.
Esto no es magia, es informática. Y no se puede conseguir con un papel.
El examen test en sí mismo es una asignatura. Las preguntas capciosas, las preguntas de doble sentido; las preguntas que parece que sí, pero que dice que no. Llega un momento en que tienes que aprender a hacer exámenes.
¿Cuál es la capital de España? Pues aunque no te lo creas, la respuesta correcta es la villa de Madrid. Aunque Madrid ya no es villa (ya tiene Catedral desde hace unos añitos), la Constitución sigue diciendo que es la villa de Madrid y es preguntita de examen.
Parece broma, pero una broma que resta si la fallas.
Son los vídeos.
Si una imagen vale más que 1.000 palabras, ¿cuanto vale un video? No hay nada más que añadir.
Son los tutores.
Un seguimiento profesional por un experto en la materia es fundamental para estar bien preparado. Una respuesta en 24 horas, bien argumentada, bien fundamentada y razonada. Qué más se puede pedir.
Poco más se puede pedir, pero el profesor da mucho más. Da ejemplo, da ánimo, da rigurosidad a sus conceptos y sobre todo, exige, exige, exige. Parece que es el profesor el que se está jugando la plaza en el examen. Y los alumnos, encantados.
Son las video conferencias.
Las video conferencias es más y mejor de todo lo anterior. Es el momento de vernos las caras, con la pantalla de por medio. El tutor revisa las dudas en los foros, los fallos en los test, las preguntas y los temas. Con todo ello, prepara una presentación, aclara dudas en tiempo real, contesta preguntas, anima, insiste y exige, exige, exige.
Son los foros.
Un buen día haces una pregunta, el profesor te responde y crees que ya está. Después viene un compañero y pregunta. Todo vuelve a empezar. Te das cuenta de que conceptos que creías dominados hay que revisarlos. Te das cuenta de que cada vez estás equivocado estás renunciando a la verdad.
El desafío vuelve a empezar. Aprendes de lo que estudias, aprendes del experto, aprendes de las dudas de los compañeros, aprendes de tus dudas.
En definitiva, un buen día te das cuenta de que has aprendido a pensar. Y además te gusta. Ese día te das cuenta de que mereces aprobar. A partir de ese día buscas el 10 en cada examen.
Y aprendes. Aprendes con todas tus fuerzas, con toda tu alma. Aprendes como si tu vida dependiera de ello, porque depende de ello.
Y la de tus pacientes también.
Y ahora que lo conoces, ¿a qué esperas? Apúntate ya.