Adriana es TS en Anatomía Patológica y nos cuenta su experiencia con el Método Formantia

Adriana es sincera, admite que su punto débil es mantener la constancia, hablando claramente, si el método de estudio no consigue motivarla, ella se aburrirá. Teniendo esto claro, ha aprendido a jugar con todas nuestras herramientas para mantener siempre su mente despierta, y acostumbrarse a un ritmo de estudio.

Un ritmo que ha dado sus frutos. Adriana se ha presentado a su primer examen de oposición obteniendo una estupenda calificación. Ha ganado en experiencia y aumentado sus conocimientos. Ahora se siente más preparada para afrontar trabajos en el sector público, y ganar así experiencia que sumar a su nota, algo esencial en un concurso oposición.

Porque ella ha sabido ver ese lado de su condición de opositora, no solo estás luchando por una plaza en la sanidad pública, estás ganando experiencia en todos los sentidos, además de afianzar algo esencial, la seguridad en ti misma y tus capacidades personales y profesionales.

Adriana aconseja a los recién titulados que comiencen a preparar su oposición cuanto antes. Ella tardó poco en tomar esa decisión, pero habría empezado antes. Porque cuando tienes, como ella, tu futuro dibujado, cuando sabes hacia dónde quieres que se dirija tu carrera profesional, esperar es solo eso, perder el tiempo.

Y el tiempo es vital, aprender a organizarlo. Adriana nos cuenta algo que en Formantia resume a la perfección nuestra forma de afrontar una oposición, ella nos dice: “no he renunciado a nada de mi vida”, tan solo se trata de organizar ese preciado tiempo de manera adecuada e, importante, seguir los pasos, seguir el camino marcado por la academia en la que has depositado tu confianza.

Así lo hizo ella desde el primer momento, cronograma en mano, adecuaba nuestras herramientas para no caer en su vieja amiga, la monotonía. Una videoconferencia, un audio, tal vez unos cuantos test desde la app del móvil,… mantener la mente alerta y la actitud decidida. Para comprobar, como Adriana, en un simulacro, que su nivel era muy bueno en relación con el de sus compañeros.

Porque en una oposición no te examinas en solitario, compites contra los demás. Ella lo tenía muy presente, por eso nuestros simulacros la ayudaban tanto, a compararse con los demás y consigo misma. Identificar fallos, celebrar aciertos, no perder de vista el objetivo y seguir adelante. Eso es, en resumen, la motivación de una buena opositora, como lo es Adriana.